lunes, 23 de marzo de 2009

Relatoria II Capitulo - Laura Zambrano

WITTGENSTEIN Y LA TEORIA DEL DERECHO
UNA SENDA PARA EL CONVENCIONALISMO JURIDICO
Seminario de Lectura
Por: Laura Zambrano

CAPITULO SEGUNDO
INVESTIGACIONES FILOSOFICAS. UNA CONCEPCION COMPRENSIVA DEL LENGUAJE.

El día 19 de marzo de 2009, se realizó la tercera reunión del Seminario de Lectura, sobre el libro de Maribel Narváez Mora, “Wittgenstein y la teoría del derecho. Una senda para el convencionalismo jurídico”, en las instalaciones de la Universidad Externado de Colombia. Esta vez, el objeto de la reunión fue exponer y comentar el capitulo segundo, “Investigaciones filosóficas. Una concepción comprensiva del lenguaje”.

Comenzó la reunión con una revisión de la relatoría pasada que realizó Julián Gil.

Inmediatamente, el Profesor Juan Carlos Upegui, se dispuso a exponer el contenido del segundo capítulo del libro, proponiendo antes que nada, la metodología de la exposición, sobre la que se convino seguir punto a punto la ponencia, solucionando en cada momento las preguntas, observaciones y comentarios, que a propósito de ella fueran surgiendo. En seguida, expuso el Profesor Juan Carlos la estructura de la presentación, que constaba de una parte inicial introductoria, una segunda parte donde se plantean las ideas principales que soportan las Investigaciones Filosóficas – esto referido al texto de Wittgenstein-, y una tercera parte que será el desarrollo en cuatro apartes que hace la autora de los puntos centrales de las investigaciones, donde tratará de mostrar por qué se trata de una “concepción comprensiva del lenguaje”.

Abordamos la primera parte con una cuestión formulada anteriormente. ¿Existe o no ruptura entre lo expuesto en el Tratactus y lo expuesto en las Investigaciones filosóficas? Encontramos argumentos a favor y en contra de cualquiera de las dos posturas.

A favor de la hipótesis que niega la existencia de esa ruptura, están quienes afirman que de hecho, lo expuesto en el Tratactus era un paso que debía agotarse, eran reflexiones que debían hacerse, para solo posteriormente, abordar lo que vendría en las Investigaciones filosóficas, y que hay que tratar de entender el pensamiento de Wittgenstein de manera global, sistemáticamente, en forma articulada. Era necesario haberse referido al lenguaje enunciativo, con sus elementos y conceptos característicos, (es decir, la estructura lógica común entre lenguaje y realidad, la teoría pictórica del significado, y la concepción veritativo funcional, -donde nos referimos a las tablas de verdad; el lenguaje tiene la función de informar sobre el mundo, y eso que informe se verificara en términos de verdad o falsedad-); para poder pasar entonces a otras formas de lenguaje.

Por otra parte, quienes mantienen la opinión de que no existe tal conexidad, asumen esa radical posición sosteniéndose con fuerza del hito que a su modo de ver significo el punto de quiebre. Se avecinó la pregunta fatal. ¿Cómo representar la forma logia de un gesto? ¿Cuál es su gramática?

Recordábamos entonces la anécdota que la autora trae a propósito de ese punto, el hito mencionado, aquella vez en que Wittgenstein viajaba con su amigo Piero Straffa, y este le hizo un gesto que consiste en pasar los dedos por debajo del mentón. ¿Cuál es la forma lógica de ese gesto, que sin duda comunica y tiene un significado? Era posible entonces, significar, al margen de la teoría pictórica.

Pero resultaría extraño pensar –como lo puso de presente el Profesor Gonzalo Ramírez- que eventos semejantes no hubieran sido tenidos en cuenta por el propio Wittgenstein. El Profesor Upegui recordó nuevamente los numerales finales del Tratactus - Apartes 6.421, 6.422, 6.5, 6.522, 6.54 y 7- y propuso la idea de que a partir de lo que en ellos se leía, era posible afirmar que de hecho esos fragmentos significaban la puerta para lo que vendría después en las Investigaciones filosóficas. El Tratactus Logico-Philosophicus podría estar anunciando lo que vendría después de él.

Señalaba el Profesor Juan Carlos que por otra parte, la metodología de ambas obras es muy distinta y no por simple casualidad. En realidad fueron concebidas distintas. Ese es otro argumento del que se sirven quienes son partidarios de separar al primer Wittgenstein del segundo Wittgenstein. En realidad el carácter asistemático y repetitivo que predicábamos de las Investigaciones filosóficas responde a esa visión comprensiva del lenguaje que se pretende. Sin embargo, Wittgenstein nunca negó lo expuesto en el Tratactus.

En la segunda parte, nos referimos a las ideas que el Profesor Upegui extrajo como fundamento de las Investigaciones filosóficas, lo que se resumió en cinco postulados. El primero, es que el significado de las palabras es solamente su uso, lo que implica que las palabras no tendrán un significado preestablecido sino que este dependerá de su uso en un contexto; en segundo lugar, que existen unos criterios de uso correcto, que estarán relacionados al contexto y que no son definitivos; el tercer postulado, es que el significado solo puede ser visto desde una perspectiva dinámica y concreta, como un juego del lenguaje; y que por lo mismo el lenguaje asume diferentes funciones, que sería el cuarto postulado; y finalmente, que interpretar el lenguaje supone comprenderlo, identificándolo en su uso especifico.

Se dijo entonces que lo que habríamos de entender por contexto es un uso convencional, que no corresponde a un uso subjetivo (psicológico), y que uso y significado son conceptos que están íntimamente ligados: existen unas reglas de uso correcto, que tienen que ver con el contexto, y que a pesar de ser hasta cierto punto objetivas, otras veces pueden relativizarse mucho.

A propósito de ese punto se ofrecían como ejemplos, el diálogo de Protágoras, que mencionó el Profesor Gonzalo Ramírez, específicamente el poema de Simónides al que allí se refieren, para indicar como cambios del lenguaje, incluso los que son sutiles, pueden por situaciones del contexto devenir en significados distintos; y el ejemplo traído de Heródoto que recordaba el Profesor Upegui, que hablaba de las formas que los distintos pueblos tienen para honrar a sus muertos (en algunos lugares se usa la cremación, en otros, son comidos por sus familiares).

En relación con la tercera parte de la reunión, el Profesor Upegui encamino la discusión hacia el tema del significado y el uso, donde decía que las palabras tienen múltiples usos y diferentes propósitos, por lo cual, no podemos pretender referirnos únicamente a su uso asertivo.

Se reformulan tres aspectos expuestos sobre el significado en el Tratactus, y que anotaba en la ponencia el Profesor Juan Carlos. Por una parte, si bien no se rechaza del todo la utilidad del modelo agustiniano de la representación y el sistema de correspondencia palabra – objeto, debe admitirse que este funciona solo para una parte del lenguaje, no serviría para todo el lenguaje, -es decir, todas sus formas y usos-, lo que significa que para esa porción que quedara por fuera habría que diseñar un esquema explicativo propio. Además, y en relación con el punto anterior, se manifiestan las dificultades que tendría la definición ostensiva para funcionar con esa parte del lenguaje no comprendida en el modelo agustiniano; y por último, el hecho de que ya no podemos pretender que el significado funcione a partir de nombres simples y objetos simples en correspondencia, porque lo determinante ahora es el contexto.

La ponencia del Profesor Juan Carlos Upegui continuara en la próxima reunión del seminario, que se realizara el día jueves 16 de abril, - salón por confirmar- donde se terminaran de estudiar los puntos que han quedado pendientes. Además se trabajara el tercer capítulo del libro de Maribel Narváez que se titula “Las reglas: una gran familia”.

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